Momento de rotación hacia sectores defensivos

A pesar del movimiento lateral y de cierta atonía en los mercados de renta variable de los últimos meses, el balance anual es ciertamente positivo. El S&P 500 acumula un 9,53% de rentabilidad en el año, el EuroStoxx 50 un 14,34% y se destaca el tecnológico Nasdaq 100 con un 30,7%. Estos resultados nos llevan a preguntarnos ¿Debería “vender en mayo e irme”?

“Vender en mayo y marcharse (Sell in May and go away)” es una máxima del mercado que se repite todos los años, basado en la observación del comportamiento de las bolsas en base al calendario. Los datos históricos revelan que el período móvil de 6 meses con mejor rendimiento, en promedio, ha sido de noviembre a abril. De ahí el dicho de que los inversores deberían «vender en mayo e irse» y volver en noviembre. Desde 1990 el S&P500 ha ganado un promedio del 7% de noviembre a abril, frente a un 2% desde mayo a octubre. Este rendimiento superior no solo se produce en acciones de gran capitalización, sino también en acciones de pequeña capitalización y las acciones globales.

Parece demasiado simple reducir a la estacionalidad o al calendario la decisión de inversión y por supuesto no lo aconsejo, ya que no siempre ha funcionado bien y tomar la decisión de entrar y salir del mercado tiene un costo de oportunidad considerable. Además de que se está obviando otras variables relevantes como el ciclo económico, políticas monetarias o previsión de resultados empresariales.

Sin embargo, hay una teoría de rotación estacional basada en este calendario que este año está funcionando especialmente bien y además encaja con el entorno macroeconómico en el que nos encontramos. Esta teoría no aboga por quedarse fuera de mercado a partir de mayo, sino realizar una rotación sectorial de la cartera. Los datos históricos demuestran que desde 1990 ha habido una clara divergencia en el rendimiento entre los sectores en los dos periodos de tiempo. Los sectores cíclicos han superado claramente a los sectores defensivos en los 6 meses mejores y los defensivos han tenido mejor desempeño en los 6 meses más flojos. Es decir, los sectores de consumo discrecional, industrial, materiales y tecnología superaron notablemente al resto del mercado de noviembre a abril y los sectores defensivos, como los bienes de consumo esencial o el sector salud fueron mejor desde mayo a octubre. (Ver gráfica inferior Sector Rotation vs. buy and hold) 

Por ahora el patrón se está cumpliendo con pérdidas en lo que va de año en el sector de consumo esencial (S&P 500 Consumer Staples SLRCS) y en el sector salud (Dow Jones Health Care DJUSHC) e importantes rendimientos en tecnología (Nasdaq 100) y en consumo discrecional (S&P 500 Consumer Discretionary- SPLRCD).

Ahora tocaría rotar a los sectores con peor comportamiento este año y abandonar tecnología y consumo discrecional hasta el mes de octubre. El consejo  por valores defensivos está siendo una constante entre los analistas desde el principio del año, pero por ahora no ha funcionado, quizás porque no han tenido en cuenta el componente estacional de determinados sectores. Ahora parece razonable hacer caja con el resultado de los valores cíclicos y tomar un posicionamiento más defensivo. No solo por la teoría de la estacionalidad de los sectores, sino porque el mercado se enfrenta a un periodo, hasta después del verano, sin referencias relevantes y con la espada de damocles del impacto retardado en la economía de las bruscas subidas de tipos y la contracción del crédito bancario, que se espera durante los próximos meses. Aunque el mercado laboral sigue fuerte, los efectos de las subidas de tipos tienen un decalaje en su impacto en la economía y todavía no se tiene claro (la Fed y los bancos centrales tampoco) del daño que pueden provocar las medidas tomadas hasta la fecha en el crecimiento económico.

El acuerdo al que se va a llegar en EE.UU, sobre el techo de la deuda, no va ser una referencia que impulse los mercados, aunque su no resolución los haya atenazado las últimas semanas, sino que las consecuencias van a ser una reducción de gasto público, lo que supondrá retirar más estímulos de la economía, los cuales se añaden a la reducción de liquidez que están llevando a cabo las autoridades monetarias. Menos gasolina a un motor que está en desaceleración evidente.

Por lo tanto, para el inversor de renta variable, la alternativa a vender en mayo es rotar hacia los sectores defensivos.

¿Cómo debe actuar el inversor ante el repunte del precio de la energía?

Dejamos a atrás una semana muy volátil en los principales índices de renta variable, con un balance semanal ligeramente negativo. El S&P 500 retrocedió un 0,57% en la semana y el EuroStoxx 50 un 0,95%. Peor desempeño ofrecieron los índices asiáticos, especialmente el Hang Seng de Hong Kong con una caída semanal del 4,90%, que se contagiaron del caso Evergrande. Este gigante chino del sector inmobiliario se encuentra virtualmente en default, suspendiendo pagos de deuda y generando un contagio en el sector inmobiliario. El gobierno ha designado un grupo de trabajo para tratar su situación y el Banco Central ha inyectado una cantidad record de liquidez en el sistema financiero para evitar una crisis de liquidez. Parece que, a pesar de las dificultades de liquidez de esta compañía, su gran tamaño la hace demasiado grande para caer y volvemos a ver como las autoridades monetarias salen al auxilio evitando que se generen tensiones en el sistema financiero.

En la renta fija soberana se produjo un repunte de las TIRes tras una filtración donde el BCE alcanzaría su objetivo de inflación en 2025, lo que implicaría un adelanto en la subida de tipos simular a lo que ocurría en EE.UU. La TIR de la deuda española a 10 años cerró la semana en el 0,355% y la del Bund alemán en -0,2815%.

Las dos noticias destacables de la semana fueron el dato de inflación de EE.UU. y el repunte significativo de los precios de la electricidad que han provocado la intervención del Gobierno de España para intentar rebajar la factura generando incertidumbre regulatoria en el sector de las eléctricas y energía en general.

El dato de la inflación interanual en EE.UU. fue una décima inferior a la del mes anterior. Este dato índica que el repunte está remitiendo. Aunque todavía se encuentra por encima de la inflación objetivo, supone una relajación de los temores de inflación persistente y apuntala el programa monetario de la FED.

Al repunte de los precios de la electricidad vamos a tener que darle una mayor relevancia en los análisis y en su posible impacto en el mercado. Desde el punto de vista económico, la energía es un factor de producción cuyo precio afecta tanto a las empresas como consumidores. Para las empresas incrementa los costes de producción de sus productos y obliga a, o bien trasladar el coste a los consumidores (inflación) o bien a reducir sus márgenes (impacto en beneficios). Para los consumidores, la subida del precio de la electricidad reduce su renta disponible, al tener que utilizar mayor porcentaje de sus ingresos al pago de suministros. Si además las empresas trasladan a sus productos el coste de la electricidad, el encarecimiento de la cesta de la compra reduce aún más la cesta de la compra y limita el consumo de otros bienes.

Esta situación puede suponer un riesgo para la recuperación económica en Europa en un momento crucial para retomar el crecimiento tras la pandemia. Si le unimos la subida de precios esto se parecería bastante al entorno de estanflación vivido en los 70. Una situación nada positiva ni para la renta fija ni para la renta variable.

Aunque todavía no estamos en este momento y en el futuro la tendencia del precio de la energía puede cambiar, deberíamos tenerlo en cuenta en nuestra construcción de carteras. Para ello conviene un aumento de exposición en renta variable a través de compañías de calidad, con poder de fijación de precios y por lo tanto capaces de proteger sus márgenes. Y por otro lado una reducción en renta fija donde el riesgo es asimétrico y los yields ofrecidos difícilmente aseguran rentabilidades reales positivas. En este entorno es clave la gestión activa del ahorro para preservar el poder adquisitivo del patrimonio. La inversión en compañías de calidad, en bonos ligados a la inflación, en oro o en compañías vinculadas a megatendencias y temáticas como las energías renovables, es fundamental para una buena orientación en la preservación del poder adquisitivo a largo plazo de nuestras carteras.

La semana en la que entramos el hecho relevante desde el punto de vista macro económico es la reunión de tipos del FOMC de la FED. El mercado espera un mensaje de flexibilidad en su programa de compra de activos. No es de esperar sorpresas en este sentido ni afecciones importante en la tendencia del mercado tras esta reunión de la autoridad monetaria estadounidense.

Recuerde consultar con su asesor de Banca Personal cuales son las mejores propuestas de inversión para el entorno actual, capaces de preservar el poder adquisitivo de nuestro patrimonio. Contamos con propuestas adaptadas para todos los perfiles de riesgo y con capacidad de adaptarse a cada momento de mercado.

Lunes: Día festivo en China y Japón.

Martes: Permisos de construcción en EE.UU.

Miércoles: Reunión de tipos del FOMC de la Fed. Confianza del consumidor en la Eurozona.

Jueves: PMIs manufactureros y de servicios de las principales economías mundiales. PIB de España.

Viernes: IPC de Japón. Índice IFO de confianza empresarial de Alemania.

EL CISNE NEGRO QUE CAMBIO LA INVERSIÓN EN 2020

La teoría del cisne negroes una metáfora que describe un suceso inesperado y de gran impacto. Fue desarrollada por el filósofo e investigador libanés Nassim Nicholas Taleb en 2008, aunque su origen se remonta al siglo XVII. En aquella época, los primeros exploradores europeos que llegaron a Australia se encontraron una especie de cisnes negros en el país oceánico. Hasta ese momento, se creía que todos estos animales eran de color blanco, y este descubrimiento inesperado cambió por completo la percepción que existía por aquel entonces.

Por lo tanto, para que un evento pueda considerarse un cisne negro tiene que ser altamente improbable, debe tener un elevado impacto y que se tienda a explicar con razonamientos lógicos.

La economía es sin duda la rama de conocimiento donde la teoría del cisne negro tiene más implicaciones. De hecho, todos los eventos considerados como cisnes negros han provocado un cambio en las preferencias de los inversores a corto plazo y, por tanto, de la evolución de los mercados. Los atentados del 11 S, el Brexit o la aparición de internet, han sido considerados como cisnes negros.

Pero el evento que será referido como el mayor cisne negro de la historia es sin duda la pandemia de la Covid-19 que hemos sufrido este año 2020. Inesperado y de alto impacto en muchos aspectos de la vida, pero especialmente en la economía. Y consecuentemente, con importantes implicaciones para la inversión y las preferencias de los inversores.

La emergencia sanitaria que ha provocado la Covid-19 ha tenido un impacto directo y devastador en algunos sectores económicos y nos ha llevado a una recesión económica que va ser recordada como la crisis de la pandemia. Toda crisis supone un cambio y esta no va ser diferente. En situaciones de crisis se han gestado las mejores ideas que han ayudado al avance de la humanidad, aunque la inestabilidad que provocan pueden ser traumáticas, en algunos casos.

En los momentos del inicio del brote del coronavirus (SARS-CoV-2) el impacto en el universo de los activos fue relativo, incluso se marcaron máximos a mediados de febrero. Pero según avanzaba la pandemia, se extendía la consciencia y las restricciones, los activos financieros sufrían una de las mayores y más bruscas caídas de la historia. Las bolsas mundiales con caídas cercanas al 30% y los activos de renta fija con caídas superiores al 10%. La incertidumbre se apoderó de los inversores y la avidez por la liquidez genero un tsunami de ventas en los mercados.

La situación ha cambiado sustancialmente desde aquellos primeros momentos. Los mercados han reaccionado al alza, aunque lo más determinante ha sido que las actuaciones y comportamientos que se han llevado a cabo en este periodo de pandemia han cambiado las preferencias de los inversores e incluso el entorno de la inversión. El cisne negro cumple con su papel.

Nos encontramos en un entorno nuevo para la inversión, en la que la liquidez infinita de los bancos centrales da soporte a un gran universo de activos de renta fija y aseguran la supervivencia del sistema financiero, pase lo que pase. El cambio en los hábitos que ha provocado la pandemia ha impulsado a las compañías tecnológicas, farmacéuticas, bio-sanitarias y de comercio on-line. Pero también hay perdedores como las compañías del sector petrolífero, transporte, turismo o cíclicas.

También ha supuesto un impulso a una tendencia incipiente hasta la fecha, la apuesta clara hacia la sostenibilidad y las energías renovables. La pandemia ha supuesto un salto de varios años en el desarrollo de esta tendencia y de la misma manera en la implementación de la tecnología en nuestras vidas.

Podríamos pensar que cuando las vacunas nos devuelvan a la normalidad lo que se ha impulsado se replegará y lo que está penalizado resurgirá. Pero el impacto de este cisne negro ha echado unas fuertes raíces que harán que las cosas nunca vuelvan a ser como antes. Cuando hay cambios en una crisis difícilmente hay marcha atrás.

Las consecuencias para la inversión no han sido negativas, al fin y al cabo. Pero conviene tener en cuenta cual es el nuevo entorno a la hora de definir nuestro posicionamiento.

La liquidez abundante de los bancos centrales y la generada por los estímulos fiscales de los gobiernos van a hacer que los activos se revaloricen. Es probable que veamos antes inflación en los activos financieros que en la economía real. Los activos de renta fija van a contar con una seguridad y estabilidad nunca vistos, gracias al soporte de los bancos centrales. Las compañías que intervengan en la cadena de valor de las empresas tecnológicas, de energías renovables, vinculadas con el coche eléctrico o autónomo y las que se beneficien de la tendencia de la longevidad, van a ser las que mejor desempeño muestren en los mercados de renta variable en el futuro. Un futuro en que las Inversiones Socialmente Responsables (ISR) tendrán un papel preponderante.

La precaución viene por identificar aquellos activos de compañías zombis. Compañías zombis son aquellas que no van a ser capaces de generar valor en el futuro y que actualmente están beneficiadas de la facilidad de financiación o porque se identifican dentro de un sector de los beneficiados.

El cisne negro de 2020 ha cambiado la inversión, pero las recetas para éxito siguen siendo las mismas, la diversificación y la selección. Y el instrumento que nos garantiza a los inversores cumplir con estos principios sigue siendo el Fondo de Inversión.

EL DULCE CAMINO DE AHORRADOR A INVERSOR

Hay una palabra sobre la que navegamos en nuestro viaje de esta última década y que nos genera inquietud, desasosiego e incluso temor. Me refiero a la palabra” crisis”.  Sin embargo, deberíamos tener más presente el significado etimológico de la palabra y que no es otro que un cambio que conlleva una evolución. Las mejores ideas y los avances más importantes de la humanidad surgen de los periodos de crisis.

En el ámbito financiero hay un segmento de población que está siendo el más damnificado en el contexto de crisis actual y que va a tener que cambiar y evolucionar. Y no es otro que el ahorrador tradicional, el que buscaba rendimiento al capital que había ahorrado, tras años de esfuerzo, en la tradicional imposición a plazo fijo. La situación actual de tipos de interés cercanos a cero o incluso negativos ha venido para quedarse y en los años venideros el obtener algo de rendimiento vía productos tradicionales va ser tarea arto difícil.

Pero, ¿el ahorrador se tiene que conformar con obtener unas rentas paupérrimas que, incluso, es posible que ni le aseguren el mantener el poder adquisitivo de su capital?

Creo que a este segmento, tan arraigado en nuestro entorno, le toca evolucionar. Esta evolución es realizar la transición de ser ahorrador hacia ser inversor.

Si queremos sentirnos satisfechos de la evolución emprendida, este trayecto se debe afrontar con seguridad y convencimiento personal. A esto nos va ayudar el contar con un buen asesor de Banca Personal que sea capaz de identificar nuestro perfil de inversor, conozca nuestros objetivos y  proyectos futuros, considere el horizonte temporal de nuestras inversiones y cuente con un buen conocimiento de los productos financieros y de la evolución de los mercados. En definitiva, que sea un guía para ir por el camino correcto y con seguridad.

El ser inversor no significa arriesgar sino todo lo contrario, significa hacer las cosas con un nuevo sentido planificador de nuestras finanzas y que nos ayude a lograr nuestros objetivos de rentabilidad. Hay propuestas de inversión para todo tipo de perfiles de inversor, desde el más prudente al más decidido. Se trata de ver cual se adapta a nosotros, a nuestros objetivos y nos lleve por un camino más dulce y sin que nos genere desasosiego.

Por otro lado, podemos identificar algunos productos financieros que de por sí son un camino dulce para convertirnos en inversores y que tienen una estructura a la que está habituado un ahorrador tradicional, como pueden ser los Fondos de Inversión con Objetivo rentabilidad y con reparto periódico.

Pero lo importante para afrontar las crisis con éxito es el convencimiento de que en evolucionar, y en este caso hacia ser inversor, es el camino hacia un futuro más prospero.  Objetivo2022 II-C

PARA INVERTIR CON ÉXITO SIMPLEMENTE META LA PELOTA EN EL CAMPO por Carlos Montero

Articulo publicado en la revista «ACTUALIDAD de las Empresas Aragonesas» del diario Expansion en el numero 79 de Enero de 2016

Hay muchas teorías de cómo tener éxito con las inversiones, incluso existen complejas formulas que con gran cantidad de variables intentan predecir el comportamiento de los mercados e incluso marcan los momentos de entrada y salida de determinadas inversiones. Sin embargo, puedo asegurar con poco riesgo a equivocarme, que en la mayor parte de los casos cometen errores bien por tomar decisiones precipitadas o por que el tiempo las convierte en obsoletas.

Pero, ¿existe realmente una formula para acertar con nuestra inversiones? Por supuesto que existe y más sencilla de lo que pensamos. Se trata de aplicar el sentido común, la lógica y la constancia. Importantes virtudes y sencillas de aplicar, pero que curiosamente en infinidad de casos no se tienen en cuenta a la hora invertir y me daré por satisfecho, si después de leer este articulo, es usted capaz de interiorizarlas de manera que estén  presentes en cada una de sus decisiones de inversión y porque no de su vida.

Quiero iniciar mi exposición con un ejemplo deportivo, quizás usted alguna vez ha practicado algún deporte en el que sea necesaria cierta habilidad, vamos a suponer el tenis o el golf. Seguro que en más de una ocasión ha intentado dar el golpe de su vida y quizás lo ha intentado en demasiadas ocasiones pero ¿cuantas veces le ha salido bien?, probablemente pocas. Se ha fijado que jugadores que simplemente meten la pelota en el campo, sin mayores alardes obtienen buenos resultados. Si, son aburridos y pesados pero siempre ganan, no será por que quizás aplican el sentido común, la lógica y la constancia.

En demasiadas ocasiones, cuando tomamos una decisión de inversión, nos basamos en un comentario, en una simple noticia o lo que es peor atendemos el consejo de los llamados gurús. ¿No somos capaces de tomar decisiones aplicando la lógica y nuestro sentido común, aunque esto suponga que necesitemos más tiempo?, ¿queremos dar el golpe de nuestra vida en cada decisión? El resultado por este camino, que quizás roza la vanidad, nos lleva seguro a la derrota.

De la misma manera que una gota de agua horada la piedra con el paso del tiempo, el buen inversor debe ser paciente y constante para conseguir sus objetivos y triunfar.

Para aplicar la lógica en las inversiones básese en la teoría económica que, a pesar de no ser una ciencia exacta, marca las bases de acción-reacción en los mercados, como puede ser la técnica en el tenis o el golf. Si se toman decisiones de política monetaria buscando un resultado y esto va afectar de una manera determinada a los activos, busque posicionarse a favor de los que van a verse beneficiados por lógica y sentido común y sea constante. Si usted no tiene suficientes conocimientos sobre las reacciones económicas ante determinadas políticas intente contar  a su lado con un buen asesor o economista que le instruya y le oriente.

Lo más importante, simplifique, siga las tendencias, no tome decisiones precipitadas por movimientos inesperados en los mercados, simplemente meta la bola en el campo.

Otra buena forma de que nuestras inversiones vayan a buen termino es posicionarse donde aconseja el consenso de mercado, que no es otra cosa que la posición más lógica dados los ciclos económicos y por otro lado tienen mayores posibilidades de éxito porque simplemente la mayor parte de los inversores posicionaran su capital en esa dirección.

Esta forma de actuar la deberían de aplicar todos los perfiles de inversor, sirve igual al inversor prudente que al arriesgado. Qué un inversor sea más arriesgado no quiere decir que tiene que hacer alardes, simplemente quiere decir que tiene un objetivo de rentabilidad mayor y que es capaz de soportar una mayor volatilidad. El inversor conservador se conforma con ganar el torneo del barrio y el arriesgado aspira al nacional pero debe aplicar de la misma manera el sentido común, la lógica y la constancia si quiere lograr sus objetivos.