Tras el miedo toca el rebote

Si tendríamos que poner un titular a lo acontecido la pasada semana en los mercados financieros podría ser algo parecido a “la semana del miedo”. Este fue el sentimiento que la pasada semana inundó los mercados, reflejándose en el indice VIX CBOE, el cual se situó prácticamente toda la semana por encima del nivel de 30. Cuando este índice, que mide la volatilidad y que es conocido como el índice del miedo, se sitúa por encima de 30 representa pánico de los inversores. En esta ocasión el miedo, además de este índice, también fue perfectamente monitorizado por las cirptomonedas que han sufrido un importante desplome. La correlación de las cripto con las bolsas es cada vez más evidente, perdiendo brillo como activo refugio y ganándolo como termómetro del miedo en los mercados.

La elevación a miedo del sentimiento negativo, que ya se había instalado en los mercados, ha ayudado a que el S&P 500 pierda ya un 15,57% en lo que va de año y el tecnológico Nasdaq 100, más castigado por las subidas de tipos, pierda un 24,41% este 2022. En Europa el castigo para el EuroStoxx 50 se salda con un 13.84%.

El miedo es una de las emociones básicas del ser humano y se siente cuando se percibe una amenaza real o imaginaria. Es un sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea. Lo curioso es que el propio miedo hace que sea muy difícil pensar otra cosa. El origen del miedo se encuentra en el sistema límbico, donde residen las emociones. Es un mecanismo hormonal que se desencadena en la amígdala central produciendo una reacción anestésica que prepara al sujeto para el peligro. Pero lamentablemente también le impide tener otro tipo de pensamientos y ser más objetivo ante las situaciones que se presentan.

El miedo lleva a tomar decisiones precipitadas porque no deja ver otras posibilidades, que si las ven quien no se deja llevar por esta emoción. La famosa frase de Warren Buffett, “Se codicioso cuando los demás sientan miedo y temeroso cuando los demás sientan codicia” representa la oportunidad que ofrece mantener una mentalidad crítica y libre del miedo en el mundo de las finanzas.

La recesión, la estanflación, las consecuencias energéticas de la guerra o el pie cambiado de los bancos centrales pueden ser amenazas reales pero por ahora son todavía imaginarias. Los datos macroeconómicos reflejan ralentización pero no recesión y los resultados empresariales siguen superando expectativas aunque las previsiones futuras sean prudentemente a la baja. Podemos pensar que la FED nos engaña con su visión positiva respecto a la fortaleza de la economía, es normal, otras veces se han equivocado. Pero lo que realmente sucede es que nuestro miedo nos impide entender otro relato que no sea el de estar prevenidos ante esa amenaza real o imaginaria que nos ha despertado el mecanismo del miedo.

Lo que objetivamente he visto yo la pasada semana es que la inflación en EE.UU ha tocado techo pudiendo iniciarse un camino de moderación en los próximos meses. He visto como las rentabilidades exigidas a los bonos han descendido. El bono a 10 años del Tesoro de Estados Unidos se ha situado por debajo del 3% y el de Alemania por debajo del 1%. Es importante la estabilidad en los bonos a estos niveles para ver unas bolsas con menos volatilidad y en recuperación. El camino puede haberse iniciado con el rebote del pasado viernes. Y lo que objetivamente también he visto ha sido mucho miedo. Va tocar decidirse si estas al lado de la mayoría temerosa o de la objetividad y la razón crítica. Yo lo tengo claro y creo que Warren Buffett también.

Dado que hoy el artículo ha estado centrado en aspectos emocionales no quiero dejar de ofrecer una propuesta de posicionamiento más material apoyada en la razón crítica. En el entorno actual de inflación e incremento de coste de la energía, las compañías que puedan mantener unos márgenes saneados por su gran capacidad de fijación de precios serán las que obtengan mejores resultados. Las valoraciones de estas compañías, dominantes en sus sectores y que las conocemos todos, están siendo arrastradas a la baja por el sentimiento negativo del mercado. Representan, por lo tanto, una gran oportunidad para construir cartera. Existen buenos fondos de inversión que se focalizan en este tipo de compañías. Consulte con su asesor.

La semana entrante conviene estar pendientes de la previsión económica de la Unión Europea que se conocerá el lunes, las ventas minoristas en EE.UU. que se conocerán el martes y las actas de la última reunión del BCE que se publican el jueves. Además, seguiremos pendientes de las tensiones geopolíticas derivadas de la guerra de Ucrania.

¿Escuchará la FED al mercado?

Wall Street ya ha respondido al tanteo que la FED ha realizado el último mes con sus mensajes de política monetaria ultra agresiva. La respuesta ha sido la caída del 8,8% del S&P 500 y el peor mes del Nasdaq 100 desde 2008, con una caída del 13,26%. Los índices empiezan a descontar una recesión y en esta ocasión el aliciente de una economía fuerte, que habitualmente perciben los mercados cuando se inicia un ciclo de subidas de tipos, parece desvanecerse. El dato de la contracción de la economía estadounidense que se conoció el jueves, con una caída en el PIB trimestral en tasa anualizada del 1,4% frente una expectativa de subida del 1,1%, representa una economía poco preparada para asumir subidas de tipos, a pesar de que su saludable mercado laboral anime a la FED a ello.

La divergencia de políticas monetarias entre EE.UU y Europa, además de la fortaleza del dólar, ha supuesto que los mercados de renta variable europeos hayan tenido un mejor desempeño en el mes de abril. El EuroStoxx 50 retrocedió un 2,55% y el IBEX 35 avanzó en el mes un 1,65%. A pesar de ser una economía que se encuentra más cerca y penalizada por la guerra, las expectativas de un banco central menos agresivo en la normalización monetaria y en la subida de tipos ha beneficiado a un mejor comportamiento de sus bolsas.

El crecimiento de la economía global se está enfrentando a varios riesgos este año: a la guerra de Ucrania y sus consecuencias en el mercado energético y de materias primas, las restricciones y reducción de actividad en China ante la nueva ola de la variante de Covid Omicrom, a una alta inflación de oferta, consecuencia de los dos riesgos anteriores, y a una subida de tipos y reducción de balance de los bancos centrales.

Es lícito considerar como un riesgo las pretendidas normalizaciones monetarias de los bancos centrales, sobre todo si son justificadas como una herramienta de control de una inflación que no esta generada por la demanda sino por la oferta. Unas medidas que dificulta la financiación e incrementa su coste para las compañías, las cuales ya están sufriendo un incremento de precios de las materias primas y de la energía. La única solución que van a encontrar las empresas para mantener sus resultados, o sobrevivir, es intentar trasladar al siguiente nivel de la cadena productiva o al consumidor final este incremento de costes financieros, alentando de esta manera que la inflación siga creciendo. Por otro lado, el impacto en la demanda de la subida de tipos es de todos conocida y supone una ralentización de la misma, que en la situación actual puede suponer no solo un control de la inflación sino abocarnos a una recesión económica, con una caída importante en los resultados empresariales.

Aunque parezca una situación sombría, todo puede cambiar si se atajan los riesgos principales. Un final del conflicto bélico, retomar la activad en China junto con medidas de estímulo y que los bancos centrales sean más moderados de lo que han transmitido sobre sus intenciones de normalización monetaria. La Guerra en Ucrania es un elemento incontrolable, aunque se insinúa que el alto el fuego podría llegar este mes de mayo. En China parece que se van a reducir las medidas duras de confinamiento, a la vez que sus autoridades van a estimular su la economía y se reducirán tipos. Quedaría por ver cual es la actuación definitiva de los bancos centrales y principalmente de la FED en este entorno actual. ¿Entenderá la FED el mensaje que le está lanzando el mercado?

Esta semana es la reunión de tipos del FOMC de la FED, se espera una subida de tipos de 50 puntos básicos y el anuncio de su programa de reducción de balance. Va ser relevante la comparecencia de posterior de su presidente, J. Powell, donde se tratará de percibir algún sesgo de moderación en su mensaje tras los últimos datos del PIB de Estados Unidos y las crecientes tensiones en el frente de guerra. Esta semana nos tocará vivir nuevos brotes de volatilidad y el resultado de la misma va a depender en gran medida de los comentarios del presidente de la FED.

Respecto al posicionamiento en el momento actual, se observa una oportunidad en el mercado de la deuda corporativa estadounidense, que ha sufrido una importante corrección desde principios de año ante la previsión de unas agresivas subidas de tipos por parte de la FED y que quizás tenga que empezar a moderar. Presentan unas rentabilidades anualizadas que empiezan a hacer sombra a los dividendos. Respecto a la renta variable sería recomendable compañías implicadas en la transición energética y compañías poco endeudas con capacidad de fijación de precios en el mercado.