Lo que el mercado no ve

Al final de la pasada semana se activaron todas las incertidumbres propicias para generar un nuevo brote de nerviosismo en el mercado. La inflación interanual de Estados Unidos en enero se fue hasta el 7,50% frente al 7,3% previsto, marcando un nivel no visto desde 1982. Además el presidente de la Fed de San Louis, James Bullard, atizó el fuego inflacionista con un mensaje especialmente hawkish, indicando que este dato les obligaba a ser más agresivos y se mostró partidario de una subida de 100 puntos básicos para el mes e julio. Por si esto fuera poco, el viernes, aumentaron las tensiones en el conflicto de Rusia y Ucrania, tras la comunicación de Washington de que el ataque de Rusia podía ser inminente.

Resultado de todo esto, nuevos máximos en los intereses de la deuda y caída semanal en los indices de Wall Street. El S&P 500 retrocede un 1,82% en la semana y el tecnológico Nasdaq 100 vuelve a ser el más castigado ante las amenazas de subidas de tipos y se deja un 3% en la semana. En el viejo continente, a pesar de la volatilidad saldan la semana en positivo. El EuroStoxx 50 sea apunta un +1,68% en la semana.

En el mercado deberíamos vivir un momento de estabilidad si nos fijamos en los datos macro y resultados empresariales Sin embargo, el enfoque del mercado sigue siendo único y centrado en el daño que puede hacer una subida de tipos demasiado abrupta y agresiva, por parte de los bancos centrales. El mercado solo esta viendo inflación y las tensiones en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Lo que no está viendo el mercado es un incremento del 28,5% de beneficios por acción en las compañías del $&P 500, que la macro en general es buena y que la inflación puede empezar a remitir a partir del mes de marzo.

De la misma manera que el mundo en que vivimos no es predecible ni controlable, a pesar de que necesitemos pensar que si, el mercado también se puede equivocar. En este momento esta sumando los riegos de dos incertidumbres que si se producen están correlacionados negativamente. Esto quiere decir que difícilmente convivirán una circunstancia junto con la otra. La reacción económica que una invasión por Rusia de Ucrania podría provocar va a enfriar cualquier subida de tipos o medidas de reducción de estímulos que los bancos centrales tienen en sus agendas.

Forma parte del carácter barométrico del mercado descontar acontecimientos futuros. Pero también, su carácter emocional le hace sobrerreaccionar y ajustar en su valoración futuros demasiado extremos, al focalizar su visión en un numero reducido de variables y por sumar riesgos que en ocasiones se contrarestan.

Ante esta situación el inversor debe buscar el confort en la incertidumbre. En el mundo de la inversión la precisión no existe porque es imposible controlar todas las variables. Por eso, el inversor asume la volatilidad y paga el precio del riesgo. La forma de encontrar confort en la incertidumbre es enfocarse en su estrategia. Si eres un inversor de largo plazo debes evitar ser arrastrado por sobrereacciones del mercado, confiar en tu posicionamiento, si no está en contra de tu razonamiento y aplicar la lógica si se plantea una rotación de la cartera . Si eres trader debes centrar tus esfuerzos en entender el patrón de comportamiento de los mercados en sobrerreacción, puede ser muy fructífero. Todos deben asumir que cada interviniente del mercado tiene un enfoque diferente y no se deberían cambiar sus enfoques por los enfoques de los demás. Entender esto es el primer paso para no cometer errores.

Dentro de lo incontrolable e impredecible del mundo enmarcamos el conflicto de Rusia y Ucrania. Va ser en vano intentar predecir cualquier resultado de este asunto, pero conviene que nos tomemos con calma esta incertidumbre y valoremos también las medidas favorables que para los mercados se podrían tomar ante una eventual intervención militar de Rusia en Ucrania.

La semana en la que entramos conoceremos las actas de la reunión de enero del FOMC de la Fed. La última vez que se publicaron generaron una gran preocupación en el mercado por los comentarios sobre la posible reducción de su balance vendiendo activos. Además, varios miembros de la Fed van a comparecer y quizás nos encontremos con algún mensaje menos agresivo de los que han transmitido las últimas semanas. Esto también forma parte de lo incontrolable e impredecible del mundo y podía beneficiar a una razonable estabilidad del mercado que la situación macroeconómica actual representa.

Otras citas económicas de esta semana a las que deberíamos prestar atención son:

Lunes: Producción industrial en la zona euro. Comparecencia de Lagarde, presidenta del BCE.

Martes: PIB de Japón. Indice ZEW de confianza inversora en Alemania y la zona euro. PIB y datos de empleo de la zona euro.

Miércoles: IPC en China y Gran Bretaña. Ventas minoristas en EE.UU. Actas de la reunión de enero del FOMC de la Fed.

Jueves: Balanza comercial de Japón y España. Boletín económico del BCE. Nuevas peticiones de subsidios de desempleo en EE.UU.

Viernes: IPC de Japón. Comparecencia de varios miembros de la Fed y del BCE.

Tiempo de rotación, no de recesión.

Sin duda no está siendo el inicio de año esperado en mercados, pero no debemos negar que respecto acontecimientos económicos que están dominando el mercado, estaban totalmente previstos para este 2022. La subida de tipos de interés, la normalización monetaria, la rotación hacia sectores favorecidos por la subida de tipos de interés o la desaceleración de las tecnológicas según se superaba la pandemia, estaban en la hoja de ruta para este 2022. Sin embargo, el nerviosismo que han generado unas autoridades monetarias que han decidido actuar a tirones, acelerando bruscamente quizás antes de volver a frenar, han llevado a perdidas en los mercados de renta variable y a la vez a ser más exigentes respecto a los resultados empresariales de las compañías.

A parte de la tensión geoestratégica de Ucrania, todo lo que tenemos estaba, más o menos, previsto. Pero las dudas que genera el cambio en las políticas monetarias y la prevención de los inversores ante el resultado en la economía y en los mercados si se realizan de una manera precipitada ha nublado la vista y la percepción de la situación actual. No quiero decir que no haya que tener prevención pero el miedo no debería llevarnos a una visión desenfocada o demasiado pesimista de la realidad. En algunos casos se empieza a hablar de entorno propicio para la recesión o para el inicio de un ciclo bajista en los mercados, una visión en mi opinión demasiado nublada de la realidad.

Cuando visitamos los museos tenemos la costumbre de acercarnos demasiado al observar las obras. Queremos descubrir en las pinceladas la técnica que ha llevado al autor a realizar la obra de arte, buscando como la parte justifica el todo. Pero en realidad el autor no nos quiere mostrar su técnica, lo que quiere es que contemplemos el conjunto y que lo observemos con la perspectiva suficiente para hacernos sentir lo que quiere expresar.

La situación actual con perspectiva es la siguiente: El S&P 500 ha caído un 5,57% en lo que llevamos de año, recordar que en 2021 este índice avanzó un 26% y que las dos últimas semanas las ha cerrado en positivo. El índice más castigado es el tecnológico Nasdaq 100, acumula unas perdidas este año del 9,96%, en 2021 avanzó también un 26% y las dos últimas semanas las ha cerrado en positivo. El año 2021 fue un año plácido sin correcciones relevantes, no parecía descabellado pensar que iban a llegar en 2022, especialmente en el sector tecnológico.

Los resultados empresariales del último trimestre, que tan mal parecen haber sentado, han supuesto un incremento medio de un 28,5% de beneficios por acción frente a un estimado del 19,8%. Todos tenemos en mente las peores previsiones de Netflix y Meta que les ha hecho recibir un duro correctivo en bolsa, pero son solo dos compañías. En el caso de Netflix muy beneficiada por la pandemia y en el caso de Meta un modelo de negocio que esta maduro y con una competencia creciente. Quizás no debería ser una sorpresa que en el entorno actual determinadas compañías tengan peores previsiones en beneficio de otras.

Como tampoco debería ser una sorpresa que las tires de la deuda y los bonos repunten, ante las futuras subidas de tipos y reducciones de balance de los bancos centrales. La renta fija es uno de los activos que no es aconsejable mantener este año, a excepción que se quiera llevar a termino. Va a ser muy difícil obtener un retorno para cualquier duración, pero pueden ser fuente de oportunidades en la recta final del año, si como esperamos la inflación se modera.

Una inflación que está en el origen de la volatilidad de este principio de año, pero que puede ir perdiendo fuerza a partir del mes de marzo, según se normalicen las cadenas de suministros o el coste de la energía se reduzca . La inflación va a seguir siendo fuente de volatilidad y vamos a tener que seguirla de cerca, precisamente el jueves de esta semana se publica la inflación del mes de enero de EE.UU. Se espera una inflación del 7,3%, por encima de esta cifra podemos volver a ver nerviosismo en el mercado. Por lo que han demostrado los bancos centrales el ímpetu en sus medidas de normalización monetaria van a depender de este dato y por lo tanto las reacciones del mercado también. Deberíamos tener paciencia hasta que llegue la primavera y no sobre reaccionar ante esto.

Sin duda, estamos en un momento de cambio; cambio de políticas de tipos, monetarias y de sectores protagonistas. Pero por delante no tenemos una recesión o un cambio de ciclo bursátil inminente. Estamos en tiempo de rotación y el inversor debe interpretar bien este momento. Para este año siguen siendo validas las recetas que llevo transmitiendo desde finales del pasado año: Reducir renta fija en beneficio de la renta variable y realizar una asignación sectorial adecuada al momento, es decir, aumentar sector financiero, sector consumo o turismo y reducir posicionamiento en tecnología. Apoyarse en compañías beneficiadas por la subida de tipos, la eliminación de restricciones y la transición energética.

Esta semana, además del dato de la inflación en EE.UU. deberíamos estar pendientes de la evolución de la tensión geoestratégica en Ucrania y de las siguientes citas macroeconómicas:

Lunes: PMI de servicios y compuesto en China. Confianza del inversor en la zona euro.

Martes: Producción industrial de España. Balanza comercial de EE.UU.

Miércoles: Producción industrial de España. Balanza comercial de Alemania. Inventario de petroleo curdo de la IAE en EE.UU.

Jueves: Previsiones económicas de la Unión Europea. IPC del mes de enero en EE.UU. Nuevas peticiones de subsidio de desempleo en EE.UU.

Viernes: PIB y balanza comercial de Gran Bretaña. IPC de Alemania. Confianza del consumidor de la universidad de Michigan en EE.UU.