¿Cómo debe actuar el inversor ante el repunte del precio de la energía?

Dejamos a atrás una semana muy volátil en los principales índices de renta variable, con un balance semanal ligeramente negativo. El S&P 500 retrocedió un 0,57% en la semana y el EuroStoxx 50 un 0,95%. Peor desempeño ofrecieron los índices asiáticos, especialmente el Hang Seng de Hong Kong con una caída semanal del 4,90%, que se contagiaron del caso Evergrande. Este gigante chino del sector inmobiliario se encuentra virtualmente en default, suspendiendo pagos de deuda y generando un contagio en el sector inmobiliario. El gobierno ha designado un grupo de trabajo para tratar su situación y el Banco Central ha inyectado una cantidad record de liquidez en el sistema financiero para evitar una crisis de liquidez. Parece que, a pesar de las dificultades de liquidez de esta compañía, su gran tamaño la hace demasiado grande para caer y volvemos a ver como las autoridades monetarias salen al auxilio evitando que se generen tensiones en el sistema financiero.

En la renta fija soberana se produjo un repunte de las TIRes tras una filtración donde el BCE alcanzaría su objetivo de inflación en 2025, lo que implicaría un adelanto en la subida de tipos simular a lo que ocurría en EE.UU. La TIR de la deuda española a 10 años cerró la semana en el 0,355% y la del Bund alemán en -0,2815%.

Las dos noticias destacables de la semana fueron el dato de inflación de EE.UU. y el repunte significativo de los precios de la electricidad que han provocado la intervención del Gobierno de España para intentar rebajar la factura generando incertidumbre regulatoria en el sector de las eléctricas y energía en general.

El dato de la inflación interanual en EE.UU. fue una décima inferior a la del mes anterior. Este dato índica que el repunte está remitiendo. Aunque todavía se encuentra por encima de la inflación objetivo, supone una relajación de los temores de inflación persistente y apuntala el programa monetario de la FED.

Al repunte de los precios de la electricidad vamos a tener que darle una mayor relevancia en los análisis y en su posible impacto en el mercado. Desde el punto de vista económico, la energía es un factor de producción cuyo precio afecta tanto a las empresas como consumidores. Para las empresas incrementa los costes de producción de sus productos y obliga a, o bien trasladar el coste a los consumidores (inflación) o bien a reducir sus márgenes (impacto en beneficios). Para los consumidores, la subida del precio de la electricidad reduce su renta disponible, al tener que utilizar mayor porcentaje de sus ingresos al pago de suministros. Si además las empresas trasladan a sus productos el coste de la electricidad, el encarecimiento de la cesta de la compra reduce aún más la cesta de la compra y limita el consumo de otros bienes.

Esta situación puede suponer un riesgo para la recuperación económica en Europa en un momento crucial para retomar el crecimiento tras la pandemia. Si le unimos la subida de precios esto se parecería bastante al entorno de estanflación vivido en los 70. Una situación nada positiva ni para la renta fija ni para la renta variable.

Aunque todavía no estamos en este momento y en el futuro la tendencia del precio de la energía puede cambiar, deberíamos tenerlo en cuenta en nuestra construcción de carteras. Para ello conviene un aumento de exposición en renta variable a través de compañías de calidad, con poder de fijación de precios y por lo tanto capaces de proteger sus márgenes. Y por otro lado una reducción en renta fija donde el riesgo es asimétrico y los yields ofrecidos difícilmente aseguran rentabilidades reales positivas. En este entorno es clave la gestión activa del ahorro para preservar el poder adquisitivo del patrimonio. La inversión en compañías de calidad, en bonos ligados a la inflación, en oro o en compañías vinculadas a megatendencias y temáticas como las energías renovables, es fundamental para una buena orientación en la preservación del poder adquisitivo a largo plazo de nuestras carteras.

La semana en la que entramos el hecho relevante desde el punto de vista macro económico es la reunión de tipos del FOMC de la FED. El mercado espera un mensaje de flexibilidad en su programa de compra de activos. No es de esperar sorpresas en este sentido ni afecciones importante en la tendencia del mercado tras esta reunión de la autoridad monetaria estadounidense.

Recuerde consultar con su asesor de Banca Personal cuales son las mejores propuestas de inversión para el entorno actual, capaces de preservar el poder adquisitivo de nuestro patrimonio. Contamos con propuestas adaptadas para todos los perfiles de riesgo y con capacidad de adaptarse a cada momento de mercado.

Lunes: Día festivo en China y Japón.

Martes: Permisos de construcción en EE.UU.

Miércoles: Reunión de tipos del FOMC de la Fed. Confianza del consumidor en la Eurozona.

Jueves: PMIs manufactureros y de servicios de las principales economías mundiales. PIB de España.

Viernes: IPC de Japón. Índice IFO de confianza empresarial de Alemania.

¿Hay que seguir apostando por la bolsa?

SEMANA DEL 13 AL 17 DE SEPTIEMBRE

El balance de la pasada semana, la semana del Banco Central Europeo, fue negativo en las principales plazas bursátiles internacionales. Y no precisamente por el mensaje que Christine Lagarde, presidenta del BCE, lanzó al mercado. Un mensaje suficientemente dovish, muy cercano a que el mercado quería escuchar. El BCE interpreta como buena la evolución de la economía y anuncia que reajustará sus programas de compras de activos, aunque todavía es pronto para ello. En un claro seguidismo del comunicado de la reserva federal, cada vez es más evidente que el BCE no va a desviarse un ápice de las actuaciones de su homónimo estadounidense. Por lo tanto, debemos tomar a la Reserva Federal como la referencia de la política monetaria internacional en el intento de normalización monetaria tras la pandemia. Así que, siguiente parada importante para los mercados el próximo 22 de septiembre, reunión de tipos del FOMC de la Reserva Federal estadounidenses.

El flojo comportamiento de las bolsas de la pasada semana debemos buscarlo en varios factores. En primer lugar que el mes de agosto ha sido un mes positivo y en cierta medida toca replegar. En segundo lugar que llevamos más de 200 sesiones sin una corrección significativa. Corrección que difícilmente la veamos a corto plazo debido a la abundante liquidez que tenemos en el mercado. La liquidez evita las correcciones que son sustituidas por ligeras caídas y parones en el ritmo alcista como el de la pasada semana. Un tercer factor es que el mercado está esperando datos que certifiquen que los bancos centrales están acertando con sus posiciones respecto a una inflación puntual y no estructural. Mientras se resuelve si la inflación es temporal o no, el riesgo a un cambio brusco de política monetaria y especialmente de tipos por parte de los bancos centrales, disuade de una mayor apetencia por los activos de riesgos cuyas valoraciones podrían ser excesivas si se da un escenario de esta tipo.

Estamos en un periodo de impasse en busca de mayores certezas el cual se puede alargar en el tiempo. Precisamente esta semana entrante intentaremos buscar certezas en el dato de la inflación de Estados Unidos, que se publica el martes. Si no sigue repuntando será un buen apoyo para las hipótesis de los bancos centrales y será bien recibido por el mercado.

No nos extrañemos que en estos parones en el camino afloren los anunciadores del fin del ciclo. Los mercados han hecho un gran recorrido, tras el estallido de la pandemia, han descontado una recuperación económica rápida como la que hemos tenido y ya estamos muy cerca de la normalidad gracias a la inmunidad que aporta el ritmo de vacunación. Parece que ya toca que se reduzca la liquidez y que los resultados empresariales no mejorarán en la misma medida. Sin embargo, no debemos perder de vista que el crecimiento de la actividad económica tiene un recorrido mayor del que ha experimentado este último año, porque ha estado limitada por los cuellos de botella en el suministro de ciertos componentes y de capacidad de transporte. Por otro lado, los programas de recuperación y estímulo fiscal están pendientes de su implementación a lo largo de 2022. En definitiva, que la cima del ciclo alcista todavía parece estar lejos y que la renta variable seguirá aportando valor en los próximos meses.

Una alternativa para estos momentos más pausados nos la puede dar los mercados asiáticos. Tras la huida de inversores de China, por el endurecimiento por parte de sus autoridades de las normativas sobre sectores concretos, que ha llevado a sus bolsas a negativo en el año, los fundamentales de las compañías del gigante asiático están intactos y las últimas semanas parece que reaparece el capital extranjero al calor de oportunidades en valoraciones. Además el acercamiento la última semana entre los presidentes de Estados Unidos y China ayuda a generar más confianza en los inversores. En Japón el cambio de gobierno ha sentado bien en los mercados nipones. Se esperan mayores medidas de apoyo a la economía del nuevo gobierno. Puede ser un buen momento para el aumento del peso de la región asiática en nuestras carteras.

Lunes: Índice de confianza de grandes empresas en Japon.

Martes: IPC de España y EE.UU. El Tesoro español subasta letras a tres meses.

Miércoles: índice de producción industrial en China y la zona euro.

Jueves: Balanza comercial de Japón. Subasta del Tesoro español de bonos a 3 y 5 años y obligaciones a 10, 15, 30 y 50 años. Nuevas peticiones de subsidio de desempleo y ventas minoristas en EE.UU.

Viernes: IPC en la zona Euro.