La Fed y su “aterriza como puedas”

La preocupación que genera la reunión de tipos del FOMC de hoy miércoles ha llevado los últimos días al índice VIX, conocido como el indicador del miedo en la bolsa, a niveles superiores a 30 y el S&P 500 ha entrado en un mercado bajista por primera vez desde el 2020. La inflación del mes de mayo en EE.UU sorprendió al alza y encendió todas las alarmas sobre la posibilidad de mayores subidas de tipos por parte de la FED y del BCE.

En esta ocasión el miedo y la huida de los activos de riesgo es una respuesta a la amenaza de la recesión. Después de esto,  con los datos que se conocen, hay un consenso de que la probabilidad de recesión es ya de un 50%, dato especialmente preocupante si las bases sobre las que se calcula está correlacionada con la intensidad de las subidas de tipos que pretenden los bancos centrales. La razón de que bancos centrales vayan a sacrificar el crecimiento económico para controlar una inflación que está impulsada por los precios de materias primas y energía, cuyos precios no son controlables con subidas de tipos, deberá ser motivo de alguna tesis los próximos años. Muchos de los precios en los que puede influir la Fed ya no están en inflación y en algunos casos están en deflación (en torno al 3% de IPC).

Parece que la estrategia es crear deflación en los precios en los que influye la subida de tipos para compensar la inflación en materias primas y energía. Pero esto nos lleva irrevocablemente a la recesión que descuenta el mercado.

Los bancos centrales quieren subsanar su error al considerar la inflación como transitoria, cometiendo otro error. Basan su mensaje de aterrizaje suave en una economía fuerte, pero en esta ocasión lo que sí que es transitorio es la fortaleza de la economía. Confunden una situación puntual de solidez del consumo, ahorro y poder adquisitivo, debido a la respuesta de estos últimos meses a la abstinencia durante la pandemia, con una tendencia sostenida de la misma. Este año la cuesta de septiembre cada vez se parece más al puerto asturiano del Angliru.

A continuación algunos datos que deberían hacer repensar a las autoridades monetarias su visión de fortaleza de la economía:  El Banco Mundial y la OCDE volvieron a recortar sus previsiones de crecimiento. El Banco Mundial bajó el crecimiento del PIB mundial del 4,1% al 2,9% en 2022. Las previsiones del PIB estadounidense del segundo trimestre son de solo el 0,89%. En Gran Bretaña las ventas minoristas cayeron un 1,1% en términos interanuales. Los datos de consumo con tarjetas de crédito en EE.UU. se contrajo en términos reales. Las solicitudes de hipotecas para la compra de vivienda en EE.UU. han caído casi un 21% en lo que va de año.

Por otro lado, el salario medio por hora en Estados Unidos está cayendo un 3% en términos reales. Esto supone una clara mella en el poder adquisitivo que junto con el aumento del coste del crédito va a tener un impacto, quizás mayor de lo deseado, en el consumo. En otras ocasiones con expectativa de inflación alta el consumo se ha frenado dando lugar incluso a episodios de deflación.

A pesar de todo, la mayoría de los bancos centrales mundiales siguen intensificando la subidas de tipos, que llevan a descontar en la valoración de los bonos Tires inimaginables solo hace unos meses y penaliza la expectativa de resultados empresariales. ¿Hasta cuándo?

A corto plazo parece inevitable la continuidad de los mensajes Hawkish, pero quizás no estamos muy lejos de empezar a escuchar alguna medida más dovish para el medio plazo, aunque sea condicionada. Hoy la preocupación es que la esperada subida de tipos del FOMC del 0,50% se convierta en el 0,75%, pero no deberíamos descartar que las subidas de TIRes de esta semana ya le hayan hecho el trabajo a la FED y se mantenga en el 0,50% de subida inicial prevista.

Mientras los Bancos Centrales continúan su cruzada contra la inflación conviene mantener cierta prudencia, pero las valoraciones actuales empiezan a ser lo suficientemente atractivas como para construir cartera y todavía tenemos un 50% de probabilidades de evitar la recesión. Una entrada progresiva en bolsa puede ser una buena estrategia en espera del momento de cambio de tono en el  mensaje de los Bancos Centrales, que cada vez lo tenemos más cerca. 

La tenacidad es la receta para una nueva semana volátil

La semana pasada pesaron más las noticias negativas sobre la inflación que las positivas y llevaron a las bolsas internacionales a un balance ligeramente negativo, trás la muy buena semana anterior. El S&P 500 retrocedió un 1,20% y el EuroStoxx 50 un 0,66%. Los temores sobre la inflación hicieron repuntar las Tires de los bonos, especialmente en Europa donde el dato del IPC preliminar repuntó hasta el 8,1% desde el 7,4 % anterior.

Una buena noticia para que remita la inflación, como fue que la OPEP+ había decidido que bombeará un 50% más de petróleo este verano, solo impactó un día en las valoraciones quedando ensombrecida por las estimaciones sobre la economía de los CEO de algunas compañías y la insistente visión hawkish de la vicepresidenta de la Fed Lael Brainard. El impacto en la evolución del precio del petróleo de la medida anunciada por la OPEP+ va ser determinante los próximos meses, así como importante es su objetivo de mantener unos mercados estables y equilibrados, tanto para el crudo como para los productos refinados.
La estabilidad en el precio de uno de los principales componentes que está impulsando la inflación es un paso más para que la inflación elevada remita y aleje el temor de la estanflación.

El índice 5-Year Forward Inflation Expectation Rate de EE.UU. (Inflación media esperada para los próximos 5 años) elaborado por la Reserva Federal de St. Louis, se sitúa actualmente en el 2,44%. Esto representa un control de la inflación para los próximos años y unos intereses reales positivos de gran parte de los activos de renta fija que tenemos actualmente en el mercado, siendo esta, por lo tanto, una alternativa muy interesante para construir cartera.

Otro de los datos positivos que se publicaron la semana pasada fueron los PMI compuestos de la Eurozona y de EE.UU. En el caso de Europa el índice se situó en 54,8 y en EE.UU en 53,6. Los PMI (Purchasing Managers Index), o también conocidos en español como Índices de Gestores de Compras, son unos indicadores macroeconómicos que miden el nivel de actividad del sector privado. El índice se obtiene sondeando a los gestores de compras y ejecutivos de empresas.

Los PMI pueden actuar como indicadores tempranos de ciclos económicos al mostrar el clima y sentimiento en el sector. La importancia de los PMI es más elevada cuanto mayor es la representación del sector en el PIB del país. Se publica como índice relativo a 100 dónde el valor 50 es la línea central.

Cuando este indicador se sitúa por encima de 50 indica que el sector del país estudiado se encuentra en una etapa de expansión, mientras que si se sitúa por debajo de esa cifra se encuentra en una fase de contracción. Y si es inferior a 42, estaríamos ante una recesión.

Pues bien, podemos escuchar previsiones de huracanes económicos, como el anunciado por Jamie Dimo, CEO de JP Morgan Chase, pero los responsables de compras y ejecutivos de las compañías siguen anticipando un ciclo económico expansivo. Mientras que los datos macroeconómicos considerados de buena reputación indican que el ciclo expansivo continua, los comentarios negativos basados en percepciones personales pesan más en el mercado que se ve penalizado. Pero no deberíamos olvidar que los comentarios sobre previsiones de personas con influencia suelen buscar, precisamente, alguna influencia no siempre desinteresada.

Estamos viviendo momentos difíciles para el inversor, debido a la distancia que hay entre los datos macroeconómicos actuales y las previsiones provenientes de diferentes fuentes. La volatilidad se ha adueñado de los mercados y el sentimiento inversor se debate entre centrarse en la actualidad o hacer caso a cualquiera de las previsiones para un entorno de normalización monetaria que no se ha vivido antes. En cualquier caso, dos escenarios muy alejados que llevan a los mercados a continuos bandazos y que el inversor tiene que ser capaz de sobrellevar.

En situaciones como estas es importante ser consistente y dar prioridad a los aspectos fundamentales sobre los emocionales. Como a lo largo de un partido de tenis, el factor mental y psicológico es importante. Los vaivenes del juego no deben cambiar nuestros fundamentos y estrategias, se trata de perseverar y no anticipar un futuro más negativo del que indica el marcador actual. Conviene recordar la frase que luce en la pista central “Philipe Chatrier”, donde se disputa el torneo de tenis Roland Garros: “La victoria pertenece a los más tenaces”

La semana en la que entramos encontraremos motivos para poner a prueba la tenacidad de los inversores, ya que tenemos la reunión de tipos del BCE,el próximo jueves, en la que no se espera subida de tipos pero si algún mensaje más hawkish por parte de su presidenta Christine Lagarde. Y el viernes se publica el dato de la inflación en EE.UU. que se espera repita en el 8,3%, cualquier variación respecto a la previsión influirá en el resultado final de la semana.

Citas económicas de la semana:

Martes: PMIs en el Reino Unido. Confianza del inversor en la zona euro. El tesoro español subasta letras a 6 y 12 meses.

Miércoles: PIB de la zona euro y Japón.

Jueves: Reunión de tipos del BCE y rueda de prensa posterior. Nuevas peticiones de subsidio de desempleo de la zona euro.

Viernes: IPC de EE.UU, España y China.